¿Quién es la dueña de una empresa familiar?
Esta pregunta tiene una respuesta bastante simple desde lo técnico. Diría que no tiene ninguna connotación especial o secreto. No obstante, en ocasiones el tema genera discusiones, luchas de poder y hasta rupturas familiares simplemente porque se malinterpretan los términos.
En nuestro país (y en todos los países democráticos del mundo) la dueña de una empresa es la titular de las acciones o las cuotas partes. Puede ser una o varias personas, sean físicas o jurídicas. Y son estas personas quienes tienen el poder de decisión sobre qué hacer en la organización.
Sin embargo, en muchísimas ocasiones se cree que la Presidente del Directorio es la persona con mayor autoridad en la empresa. Concepto totalmente errado. La Presidente del Directorio es la cara visible de la empresa y quien ejerce la representatividad ante terceros. Claramente es una persona con gran autoridad, pero no es la dueña ni tiene la última palabra.
No hace muchos días atrás la hija de un cliente me explicaba que ella no quería dejar la Presidencia del Directorio porque así “podía ejercer presión” a sus padres y lograr lo que ella quería. Por otro lado, su madre me decía “al final yo no soy nadie en la empresa…” ya que figuraba sólo como Directora suplente.
Aclaremos un poco el panorama
Voy a tomar como ejemplo la terminología de una Sociedad Anónima, pero en las demás sociedades encontraremos la misma situación.
Una empresa tiene tres niveles de jerarquía y cada una tiene un rol y funciones particulares:
- Asamblea de accionistas
- Directorio
- Gerencia General
La Asamblea de Accionistas es el órgano decisorio máximo de la empresa. Está compuesta por todos aquellos quienes poseen alguna participación societaria, sea mayoritaria o minoritaria. Es donde se definen los objetivos que la empresa debe alcanzar. Estos se deciden por votación. Mientras mayor sea la participación societaria de una persona, mayor su posibilidad de definir el rumbo de la empresa. Es la Asamblea de Accionistas quien define también la composición del Directorio y quien será el/la Presidente.
El Directorio, en cambio, tiene la tarea de fijar las estrategias necesarias para que la empresa pueda alcanzar con éxito los objetivos fijados por la Asamblea de Accionistas. Sus miembros tienen una duración y acción limitadas por diversas cláusulas fijadas en el Acta Constitutiva. Si la Asamblea tiene razones suficientes, puede remover cuando lo desee a cualquier miembro del Directorio.
Por último, la Gerencia General es la responsable de llevar a la acción las estrategias que el Directorio ha elegido. Su tarea es netamente operativa.
Resumiendo:
Asamblea de Accionistas: el QUE
Directorio: decide el COMO
Gerencia General: la ACCION
¿y en la empresa familiar?
Nada cambia en una empresa familiar. Toda empresa tiene una conformación jurídica para poder funcionar y sigue lo arriba enunciado. Sólo que, por ser familiar, aparecen ciertas connotaciones especiales a tener en cuenta. Veamos dos ejemplos:
- Sólo algunas hijas figuran como socias
Muchas veces las empresas familiares nacen como emprendimientos unipersonales que con el tiempo se convierten en empresas. Estas empresas suelen constituirse a nombre de la fundadora y quizás con alguna participación menor a otro pariente, por lo general el cónyuge o hijas. El problema se suele presentar cuando no todas las descendientes tienen participación societaria. Quizás la madre así lo hizo a modo de recompensa por el acompañamiento en el día a día; o porque sus hermanas eran aún menores y no convenía que figuraran como dueñas; o simplemente porque no se dio cuenta. Sea la razón que fuera, sino se modifica pueden aparecer celos y resentimientos que sólo provocarán mayores posibilidades de conflicto.
- Socias que no trabajan en la empresa
Una persona puede elegir si trabajar o no en la empresa familiar. Cuando se elige no hacerlo y esta situación no está conversada en la familia, se suelen generar conflictos cuando esta “socia no trabajadora” quiere, por ejemplo, cobrar sus ganancias u opinar sobre algún asunto de la empresa. Mientras los progenitores viven, son ellos quienes median en estas cuestiones. Pero para cuando ya no estén, es necesario que se entienda claramente que ser SOCIA no implica TRABAJAR efectivamente en la empresa. Lo que si implica es tener la RESPONSABILIDAD como propietaria y esto quiere decir tener un rol activo como SOCIA: conocer la realidad de la organización, del mercado, de los clientes, de los empleados, saber leer los balances, etc.
Sólo he nombrado dos situaciones que se dan muy habitualmente. Si alguna de las que están leyendo este artículo es dueña de una empresa familiar, le recomiendo prestar atención a estas cuestiones que hoy pueden parecer menores. No esperar a que se conviertan en imparables bolas de nieve que terminen arrasando todo lo construido y, menos aún, sea la causa de la pérdida de la armonía familiar.
Antes de terminar te hago una pregunta: ¿hubo algo en este artículo que te sono extraño?
Quizás no te diste cuenta, pero fue escrito en su totalidad usando el femenino y no el masculino como suelo hacerlo habitualmente en el plural. Quise tener un pequeño gesto para reconocer a todas esas mujeres que día a día ponen su granito de arena en la construcción de grandes empresas y mejores familias. Ayudemos entre todos a terminar con el techo de cristal.