Habilidades imprescindibles de un sucesor

Habilidades imprescindibles de un sucesor

Todos somos conscientes de que la persona que continuará con la gestión estratégica y operativa de la empresa familiar debe estar adecuadamente preparado. No sería posible “caer en paracaídas” de un día para el otro y pretender resultados positivos. ¿Cuál es el mejor camino formativo para las nuevas generaciones? ¿Cuáles los aspectos más relevantes? ¿Dónde se encuentran? Veamos si podemos echar un poco de luz a estas cuestiones.

¿Cuál es el mejor camino formativo a seguir?

Existen muchos programas de formación ejecutiva. Los hay en el país y también en el exterior. Los hay online y presenciales. Como en todas las cosas, los hay muy buenos y también aquellos que no tanto. Es muy importante tomarse un tiempo para analizar bien las diferentes propuestas; analizar cual se adapta mejor al perfil que la persona deberá desarrollar (más financiero; más productivo o comercial, por ejemplo); si la misma incluye pasantías o experiencias en otras empresas; etc.

Esta evaluación de posibilidades debería ser un procedimiento establecido en un eventual protocolo familiar, para que todos aquellos que deseen ser parte de la empresa familiar conozcan de antemano los pasos que se deberán seguir. Luego, dependiendo de la persona y el puesto, se adaptará la búsqueda.

Otro aspecto importante es que en el proceso de aprendizaje no es tan relevante llegar a terminarlo cuanto el camino que se recorre. Es decir, se aprende al andar.

¿Cuáles son los aspectos más relevantes a tener en cuenta?

Hay aspectos generales de cómo llevar adelante un negocio; cómo gestionar las diferentes áreas de una organización; aspectos más duros como la rentabilidad y los costos y otros más blandos como la comunicación o el clima institucional. Todos estos pueden encontrarse, como dijimos, en distintos programas formativos. Sin embargo, hay otros aspectos sumamente relevantes que no es habitual encontrar en estos programas. Es más, en lo personal no los he visto nunca incluidos.  

¿De qué serviría saber todas estas cosas si la persona no desarrolla valores? Valores que son indispensables para una buena conducción. Veamos algunos:

  • Laboriosidad: la dedicación al trabajo, pero en el sano equilibrio de llevar adelante la empresa y participar activamente de la vida familiar.
  • Tenacidad: una persona que está al frente de un negocio con la tarea de hacerlo crecer y prosperar, debe tener cierta fuerza y constancia para alcanzar lo que se propone.
  • Prudencia: muy de la mano con el punto anterior, también debe sopesar con detenimiento los riesgos a los que se expone.
  • Veracidad: un líder debe ser coherente con lo que dice y piensa. Ir de frente, sin rodeos.
  • Lealtad: una persona leal es la que honra los compromisos asumidos. Imposible pensar en crecer sin cumplirlos.
  • Integridad: íntegro es aquel que, además de todo lo anterior, tiene entereza moral.

¿Dónde podemos encontrar un lugar para aprender esto?

El aporte de las empresas familiares a cualquier sociedad excede el ámbito económico o de generación de empleo. Las familias empresarias que logran profesionalizarse a medida que crecen son también constructoras de cultura. Una cultura que excederá los límites de la familia para “contagiar” a empleados, clientes y proveedores.

Es justamente en esa familia empresaria donde pueden desarrollarse los valores presentados anteriormente. Son cosas que no se compran en un kiosco o en algún curso, sino que son maneras de ser aprendidas en el seno de la familia. Por lo general, son transmitidas con el ejemplo y pasan a ser parte irrenunciable del individuo.

Muchas familias con las que he trabajado no se dan cuenta de la importancia de este punto. Les hago notar que todos esos valores la familia los tiene, pero por alguna razón en particular han quedado en un segundo o tercer lugar. Es entonces cuando los invito a desempolvarlos y ponerlos nuevamente como una prioridad.

No hay universidad que enseñe estas cosas. Sólo la familia, en su fuero más íntimo, puede ser la generadora de valores que engrandecerán no sólo a ellos mismos, sino a la sociedad toda.

Artículo basado en un extracto del libro de Miguel Angel Gallo, “La sucesión en la EF”. Colección Estudios e informes, Nº 12, 1998.

Pablo Loyola
Consultor de Empresa Familiar Certificado (CEFC®)
Director Sede Regional Córdoba IADEF
@novarumcba

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