Afrontar las tormentas

Afrontar las tormentas

En todos los ámbitos de la vida hay momentos más difíciles que otros. No elegimos cuando aparecen. Sólo llegan. Siempre nos sorprenden y hacen que nuestra agenda salte por los aires. A veces empiezan con algunas nubes en el horizonte no muy amenazantes al principio, y luego se convierten en grandes chaparrones. Otras ocasiones, aparecen de golpe como una furia de viento y agua imposible de atajar.

El tema es que llegan. Tarde o temprano llegan. ¿Estamos preparados para ese momento?

Actitudes frente a una crisis

Hay diversas maneras de reaccionar a las crisis. Parálisis, miedo, ansiedad, angustia, acción, estrés, risa, llanto, etc. Todas estas reacciones son respuestas a estímulos que consideramos de peligro. Algo pasa, a veces lo vemos claro y a veces no. Pero la sensación que tenemos es que trae aparejada una amenaza y eso es lo que nos pone en alerta.

Un buen primer paso sería que cada uno pudiera identificar cómo reacciona ante las crisis. Seguramente hay cosas que vamos sintiendo en nuestro cuerpo ante estas situaciones: dolor de cabeza, de estómago, transpiración en exceso, frío, irritabilidad. ¿Vos ya sabés cómo reaccionás? En caso de que aún no lo sepas, te invito a pensarlo. Sin dudas te será de gran ayuda la próxima vez.

¿Se pueden prever estas situaciones?

Les respondo con un ejemplo muy actual. ¿Se puede evitar el covid? La respuesta es no. No se puede evitar. Pero lo que sí puede hacerse es atenuar su impacto. ¿Cómo? Usando barbijos, distanciamiento, ventilando los espacios, lavándonos las manos, vacunándonos, etc. Todo esto no detiene el covid pero sí nos ayuda a que, si nos contagiamos, podamos transitarlo con las menores consecuencias posibles.

En las empresas pasa lo mismo. Existen modos de prepararse para las contingencias. Lo más importante de todo es no creerse invulnerable. El famoso “a mí esto no me va a pasar”. Según el profesor Gallo, un importante estudioso de las empresas familiares, este es uno de los principales pecados en este tipo de empresas.

Herramientas que pueden utilizarse

Hace un tiempo leí en algún libro algo que me ayudó mucho y creo que puede ayudarlos a ustedes también. Mencionaba que, ante una gran tormenta, el águila no se aleja para evitarla. Todo lo contrario. La encara de frente con las alas bien extendidas para que los vientos la lleven hacia arriba, y así poder transitarla.

Sería muy bueno que pudiéramos hacer como el águila. Enfrentar la tormenta de frente. Lo peor que podríamos hacer en una crisis es desconocerla. Ya sea porque corremos hacia otro lado o porque optamos por negarla. Como dije un poco más arriba, estos momentos son parte de la vida y son los que nos hacen crecer. Ignorarlos no tendría ningún sentido.

Pero cuáles son algunas de las herramientas que podemos utilizar:

  • Profesionalizar la empresa siempre es un buen comienzo. Por ejemplo: tener en claro los roles de cada uno; contar con órganos de gobierno fuertes y ejecutivos; disponer de un buen sistema de información.
  • Trabajar para que la empresa se encuentre lo más sana y sólida posible en términos económicos y financieros. Poseer un fondo para contingencias.
  • Crear espacios de conversación regulares donde se puedan plantear inquietudes, sugerencias, ideas con la consigna de que todo es bienvenido y nadie será juzgado por lo que diga. Este tipo de espacios alimenta la creatividad y la innovación.
  • Mantener relaciones sanas. Sea dentro de la familia como en la empresa en general. Cuando existen relaciones armónicas, siempre es más fácil la comunicación y el trabajo en equipo.
  • Contar con profesionales externos a quien se podría recurrir si fuera necesario. Hay ocasiones donde la mirada externa ayuda a ser objetivos, a encontrar nuevos caminos.

Quizás el esfuerzo más grande que tengamos que hacer es apropiarnos de las crisis, de los momentos difíciles. Aprender a que son parte de la vida y que de ellos siempre salimos fortalecidos. Saber que hay gente en la que se puede confiar, pedir ayuda. Esto implica reconocer nuestra propia limitación. No las sabemos a todas. Y eso es lo mejor que puede habernos pasado.

Pablo Loyola
Consultor de Empresa Familiar Certificado (CEFC®)
@novarumcba

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